El arquitecto Rafael Moneo con quien trabajamos en Propiedad de Arinzano y con quien nos une una buena relación profesional y personal, habilita un espacio del Monasterio para crear una sala de elaboración de vinos de alta expresión. Las paredes de los claustros dotan del silencio y oscuridad que necesitan las barricas que albergan para la crianza de estos grandes vinos.
Fecha: Año 2003