Uno de los procesos clave para la finalización del vino tras su elaboración es la estabilización.
El paso previo al embotellado del vino, consiste en lo denominado estabilización de los vinos, cuyo objetivo es conseguir la precipitación de los compuestos insolubles a cristalizar como las sales de bitartartrato potásico entre otros.
Existen multitud de técnicas para conseguir la estabilización y nuestra especialidad es la estaibilización en frío, donde enfriamos de manera controlada el vino hasta llegar a temperaturas cercanas a la congelación, ya sea en continuo mediante intercambiadores de calor ó en discontinuo, en el propio depósito isotermo. Posteriormente, en ambos casos, permanecerá almacenado en depósito isotermo durante varios días con una agitación suave hasta conseguir la precipitación en forma de cristales de las sales.
Gracias a Enocontrol ® y el tratamiento de los datos en la nube Winecloud ®, monitorizamos en todo momento las temperaturas alcanzadas y los consumos energéticos y así conseguir una mejora de la eficiencia energética de nuestro proceso de estabilización.
Conoce más a fondo nuestro programa de gestión de la bodega.